Este fin de semana, me fui con mis dos compañeros de tantos otros viajes al Parque Nacional de Ordesa. Queríamos dormir en Góriz, y como el acceso por el fondo del valle de Ordena no tenía de nieve para avanzar con los esquíes de travesía, nos fuimos a Nerín y subimos con la frago por una pista que parte de ese pueblo, para comenzar nuestra a aventura a 1700 m en Cuello Gordo. El paso hacia Góriz en verano es directo, pero con nieve, debido al peligro de aludes, hay que ascender al pico Custodia y avanzar por su sierra, con espectaculares vistas del valle de Ordesa, Añisclo, Moncayo y todo lo que alcance tu agudeza visual o mental. Tras una ruta sin problemas, llegamos al refugio de Góriz pasadas las cuatro, con la nieve pastosa y con ganas de comer. Decidimos descansar la tarde, jugando al ping-pong y levantarnos al día siguiente prontico, 5:45, para tener la nieve dura y así subir cómodamente al Monte Perdido. No había ningún problema en comenzar tan pronto, ya que la luna junto a su reflejo en la nieve, iluminaban todo el valle como si de repente, hubieran puesto farolas en cada esquina. El ascenso con el amanecer fue increíble, a las dos hora y media alcanzamos el Lago Helado, abandonamos nuestras mochilas y esquíes y proseguimos la subida con los crampones y el piolet en mano. Para quien no lo sepa, los últimos metros hasta al cumbre del Monte Perdido, se conocen como la Escupidera. La mayor parte del año la escupidera está cubierta de nieve, estando muchas veces helada, con lo que un fallo puede suponer una caída difícil de detener, es un tobogán hacia el vacío, la montaña te escupe :o. Bien equipado no supone ningún problema, pero son unos metros muy inclinados los cuales tienes que atravesar con fuerza en todas tus extremidades y sobre todo no resbalar en ningún momento. No era la primera vez que ascendía este monte, hasta el momento mi favorito, pero sí lo era para mis queridos compañeros. Al alcanzar esa última zona, no me sentí con ganas de continuar, y me senté en un roca a contemplar el espectáculo de un día de invierno espléndido, mientras mis hombrecillos seguían sin mí. A la media hora, de repente escuché un grito que estremeció todo mi cuerpo: "Si doy un paso más, me voy abajo" Al girar la cabeza vi a Pedro parado en medio de la Escupidera esperando a Alejo que retornaba. No sabía que ocurría, pero mi cuerpo empezó a retorcerse de dolor y retire la vista. Al alzarla de nuevo, Alejo estaba junto a Pedro, los dos medio tumbados contra la pendiente. Esperé quieta, si me necesitaban llamarían y mis gritos preguntando que pasaba no iban a ayudar en absoluto. Un grupo de tres personas descendía de la cumbre en ese momento, pacientemente esperé a que llegarán donde yo me encontraba y uno de ellos me dijo: " Me han dicho que te diga, que estés tranquila, que como se han dejado las alas, bajarán tranquilamente y tardarán un rato en estar a tu lado". El tercero del grupo me miró los pies y me dijo que le diera uno de mis crampones, al parecer Pedro había perdido uno por el camino. Como un "superman" en acción se quitó la chaqueta, dio un mordisco a un kit-kat, cogió mi crampón y velozmente ascendió hasta donde estaban mis hombrecillos. Desconozco su nombre y de dónde procedía este "superman", pero por si un día lee esto, que sepa le estoy muy agradecida. Con calma y agotados por la tensión prosiguieron el descenso, sin alcanzar la cima, hasta donde yo estaba. Obviamente una vez a mi vera, rompí a llorar. En más ocasiones de las que hubiéramos deseado nos hemos visto involucrados en situaciones difíciles de las que con paciencia y fuerza hemos salido, pero ser la observadora...buf! Nunca hubiera pensado que me sentiría así. Doy gracias al "superman" que apareció como de la nada, a haber podido ceder mi crampón, y sobre todo a la calma y seguridad de Alejo. La bajada del Perdido esquiando fue espectacular y de nuevo Sierra Custodia, algo agotadora tras el día vivido. Y esta es la historia de como mi monte favorito, ha pasado a ser mi monte maldito, y de como vi desde fuera por primera vez en peligro a los hombrecillos con los que tengo planes a más años de los que he vivido.
Hace 9 años
bravo por los valientes, los luchadores de arriba y la observadora de abajo! de esa pasta están hechos los supervivientes...
ResponderEliminar¿y las vistas? ¡ qué vistas se veían desde ahí arriba! yo creo que sin crampón se veían aún mejor :)
ResponderEliminara partir de ahora mas natación y menos montañitas!
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